sábado, 9 de mayo de 2009

Capitulo 4. Ilusión


Dehay, temerosa y a la vez excitada fue a coger el pomo de la puerta para girarlo y entrar, pero esto no hizo falta, nada más acercarse a las puertas de metal indestructible éstas se abrieron ante nosotras. Y dejaron ver el hall más tenebroso que vaya a ver nunca. Roci y yo entramos después que Dehay, las luces que había en la pared, se iban encendiendo a cada paso que dábamos y cada una alumbraba todo lo que podía pero aun así, seguía sin verse bien. Si lo de fuera daba miedo… lo de dentro era peor.
-Esto es…
-horroroso-murmuró Roci
-Demasiado tenebroso para mi gusto-dije
-Pero, ¿qué decís?- nos reprocho-esto es una maravilla, mirad las telarañas en las esquinas y las copas con aspecto de calaveras
-Dehay,-dijo Roci intentando que su voz sonara lo más firme posible- nosotras no tenemos tus gustos.
-Anda vamos-dije-cuanto antes lleguemos antes nos iremos.
-¿llegar?-me preguntaron-¿A dónde?
Nos quedamos paradas y empezamos a mirar a todos los lados, ninguna tenía ni idea de por donde ir para encontrar a la vieja hada de los tarros. Entonces se me ocurrió:
-Podemos usar nuestros poderes para encontrarla
-buena idea-dijo Dehay- pero los míos no sirven porque dudo mucho que esté enamorada.
-Los míos si-dijo Roci- el viento nos puede llevar, ya que aquí dentro no podemos volar.
-y puedes oír la respiración del hada.
Todas nos callamos y dejamos a Roci concentrarse, cerró los ojos, y la dejamos oír. Al cabo de un rato los abrió de golpe, creo una nube y nos montamos, torcimos varias veces a una velocidad de vértigo y tuvimos que parar, o porque nos perdíamos o porque alguna se caía de lo rápido que iba. Al final el oído de Roci nos llevo ante una pequeña salita.
-Llegáis tarde
-¿perdón?-pregunte
-Os creía más rápidas y listas.
-y yo a ti más…-dijo Dehay al tiempo que recibía una patada de parte mía y otra de mi hermana.
-Se amable con la vie…-Roci se corrigió- con la amable hada.-dijo recalcando la última parte con una pizca del sarcasmo propio de Dehay.
-¿¡Queréis dejar de hablar de lo gorda que me he puesto!?-dijo el hada con voz chillona.
-¿Qué?-dije aturdida.
-¿Qué es lo que ha dicho?-preguntó Roci.
-¿Esta usted bien del riego?-dijo Dehay al tiempo que se tocaba la cabeza con el dedo y esquivaba otras dos patadas.
-¡Já!-dijo triunfante. La miré de mala manera al igual que Roci, pero ella solo nos enseño la lengua-ahora que me doy cuenta ¿es aquella la anciana de los tarros?
-¿Qué si soy la nana de los pastos?-nos dijo la anciana torciendo la cara en una mueca tan graciosa que a Roci se le escapó una pequeña carcajada.
Dehay empezó a gritar a la anciana lo que decía y la anciana la respondía con otra pregunta, no se enteraba de nada, Roci mientras se reía de las frases de la anciana y la cara de Dehay.
Entonces caí en la cuenta de algo que se nos había pasado por alto, Roci me miro y también se dio cuenta y al instante paro de reír, Dehay se dio por vencida
-Señora ¿seria tan amable de dejar de fingir que esta sorda?
-¿Qué?-dijeron con asombro mis hermanas.
-Lo que habéis oído, esta anciana nos ha tomado el pelo, ha estado fingiendo desde que vinimos aquí, apuesto a que esta casa es una ilusión
-Vaya, pues si que sois listas-dicho esto las paredes se esfumaron y en su lugar aparecieron rocas amontonadas a modo de pared y de techo, la cueva era de todo menos habitable.